El día en que la División Panzer-Lehr rompió la bolsa a lo largo de la Autovía 69, desbaratando la ofensiva de los Grandes Lagos, muchos en EEUU supieron que la suerte estaba echada.
Si EEUU pudo ser atacado en 1943 se debe a la Operación Barbarroja nunca se lanzó. El pacto germano-soviético fue respetado y a pesar de algunas tiranteces con Stalin, Hitler prefirió centrarse en un único frente antes de lanzarse contra el Oso Ruso.
Desde el desembarco de Florida, numerosos asesores soviéticos desembarcaron en la Costa Oeste norteamericana. Stalin comenzaba a temer el desmesurado poder de Alemania, y los asesores, en un programa de alto secreto, ayudaron a adiestrar a las divisiones de reserva y transfirieron una gran ayuda tecnológica.
Numerosas personalidad huyeron hacia la costa Oeste, a California, entre ellos un joven oficial llamado Joseph McCarthy, que denunció en un programa radiofónico que los desastres de la guerra eran culpa de la Unión Soviética. Según él, los soviéticos habían minado la moral y había pervertido las tácticas bélicas de Estados Unidos. Al día siguiente se le encontró muerto en su habitación con un disparo en la nuca. La prensa anunció que se había tratado de un suicidio.
Dos días después, el gobernador de California anunció que California se retiraba de la Unión. En el mismo discurso rechazaba integrarse en la Confederación del Sur. Aquella noche desapareció. De improviso, ciertos sectores del Ejército tomaron el control de la mayor parte de los cuarteles. Se hacían llamar la Guardia Roja.
El gobernador fue encontrado dos días después en las Islas Farallon. La prensa anunció que, de alguna manera se las había ingeniado para escabullirse de sus obligaciones, robar un barco de los guardacostas , amarrar en las Islas Farallon en mitad de un temporal y suicidarse con un bazooka. Aquella, tarde del 15 de octubre, en una tirada especial, The Times y Los Angeles Times denunciaron que aquello era imposible, pues el gobernador no sabía pilotar un barco. El 16 de Octubre ni el Times ni los Angeles Times volvieron a lanzar un nuevo número. Los periódicos fueron cerrados por lanzar propaganda enemiga y mensajes "contrarrevolucionarios". Algunos empezaban a sospechar que algo raro pasaba en California más allá de la secesión. El 20 de Octubre una emisora clandestina radió un mensaje de Henry Ford. El magnate anunciaba que había huido a México y denunciaba que el Estado se había convertido en un apéndice de la Unión Soviética.
La conmoción duró 3 días. El 24 de octubre, un desconocido y jovencísimo Gerald Ford, anunció desde el ayuntamiento de Los Ángeles la proclamación de la República Socialista de California y exhortó a los ciudadanos a celebrar la Revolución de Octubre. Aquél día todos tuvieron claro lo que pasaba.