Pasaron las semanas, bajo el gélido clima ruso, las divisiones alemanas continuaron avanzando lenta pero inexorablemente. La situación pintaba irreversible. Las pcoa divisiones que se habían guarnecido en la frontera japo-soviética comenzaron su amrcha a través de la estepa para llegar al oeste en cuanto pudieran. A esas alturas daba lo mismo que Japón rompiera el pacto de no agresión. Lo fundamental era salvar el oeste, si la Rusia Europea, todo estaría perdido.
La celebración de Nochevieja fue muy comedida. Tan sólo se preparan doscientas bandejas con comida para los invitados, Stalin, su consejero, y una docena de grandes generales. Allí, todos, con la expresión sombría, comían caviar y langostinos sin abrir la boca más que para masticar. Finalmente fue Voroshilov quien se decidió a decir algo.
- Camaradas, supongo que podremos llegar a alguna clase de acuerdo con los alemanes. Al fin y al cabo basta con añadir la palabra nacional delante de nuestro socialismo y ya seremos colegas.
- Estúpido inepto –masculló Zhukov, la cosa está jodida de cojones, y no va haber manera de parar a los alemanes.
El camarada Stalin levantó la mano para que se hiciera el silencio, y habló:
- Informadme de la situación.
Zhukov tomó la palabra de nuevo.
- La victoria es imposible, camarada Stalin. El eje ya estaba demasiado fuerte de por sí, tomó Inglaterra y llegó a Suez sin apenas darnos cuenta. Ten en cuenta que todas las factorías inglesas están fabricando panzers en lugar de Spitfires, y si a eso le sumamos el desgraciado suceso de la bolsa de Luniniec, donde 41 heroicas divisiones fueron exterminadas, el resultado es que a estas alturas es imposible frenarlos.
Zhukov paró para tomar aire y extendió un mapa sobre la mesa.
- Han abierto dos enormes brechas en nuestras defensas. En grupo de Ejércitos del Centro se abre paso hacia Moscú sin que ninguna división pueda frenarle. El grupo de Ejércitos Sur se abre paso hacia Stalingrado vapuleando a las divisiones encargadas de la defensa. Y a todo esto hay que sumarle más. Inglaterra está aún más jodida. Los Italianos han tomado la otra orilla de Suez, han avanzado hacia el sur, y están a punto de recuperar Etiopía.
- ¡Carajillo! –gritó Stalin.
- No, camarada, no se dice carajillo, sino, ¡carajo!
- No, digo que me pongáis un carajillo, que esto no se puede soportar sin un buen trago.
Un asistente llegó rápidamente con una botella y le puso un buen copazo, que se bebió de dos sorbos.
De fuera llegaba un enorme griterío, parecía como si hubiera miles de personas gritando.
- ¿Qué está pasando ahí fuera? –preguntó.
- Es la muchedumbre camarada, exige saber qué etá pasando, cómo va la guerra y esas cosas, gritan que quieren saber la verdad –explicó Jruschov.
- ¿Podemos enviarles a un gulag?
- Son demasiados, habrá unas diez o veinte mil personas manifestándose.
- Instalemos el hulag ahí pues. Los vallamos con alambre de espino y tirando.
- ¡Pero si es la Plaza Roja!
Stalin volvió a levantar una mano para pedir silencio, miró al techo inspirado y sentenció:
- Si el Gulag no va a Stalin, Stalin va al gulag.
Nadie comprendió el significado de aquella frase, pero poco importaba, pues rápidamente cambió de idea.
- Mejor que salga a dar explicaciones al balcón. Podría llamarlo el Discurso de Año Nuevo, y podría ser una tradición en la URSS.
Subió a un balcón del tercer piso y pudo ver a miles de personas agitando horcas y antorchas, gritando que querían saber la verdad.
El camarada Stalin le pidió que le levara un baúl que tenía pro ahí. Cuando lo abrió vio dentro un micrófono y una modernísima guitarra tuneada. De repente, se quitó la camisa y se quedó en camiseta interior.

“-¿¿¿Cómo están ustedeeeees???
-Bieeeeeen”
Y así fue como empezó el Concierto de Año Nuevo de Moscú, levantando la moral del pueblo, que con ánimo enardecido, se dispuso a afrontar el nuevo año con unas energías renovadas.
El concierto no tardó en dar resultados, para el 7 de enero, 10 nuevas divisiones habían sido reclutadas. Y para el 10 una división acorazada. Sin embargo, la Blitzkrieg alemana sigue siendo arrolladora.
El día 21 Stalin se despierta sobresaltado cuando escuche un coche derrapar frente a su dacha. Un típico joven mensajero baja y le entrega un escueto telegrama:
“STAVKA, 21 enero 1941. STOP. Manstein ad Portas. TOP. Me voy a Vladivostok. STOP. Mucha suerte, Zhukov”
- ¿Qué quiere decir esto? –grita Stalin.
El mensajero ni siquiera llega a responderle. El sonido de un bombardeo artillero sobre Moscú lo hace por él.
Manstein está en las afueras de Moscú.
Tras la huída de Zhukov, Chukov, asume el mando. Con una novedosa campaña de propaganda, de la cual Stalin es partícipe, logra reclutar una división blindada.

“I want you for the Red Army”
Pero no solo eso. Sino que el ahora Gran Chukov, logra lanzar un contraataque que libra a Moscú del peligro inmediato.
Pero la situación es insostenible. La gente huye de las ciudades, el transiberiano ahce el viaje de ida a Vladivostok lleno de gente, y no es que vuelva vacío, sino que no vuelve, porque ni los maquinistas quieren volver atrás.
A finales de febrero se reclutan 6 divisiones de infantería más, y se manda a la flota del Báltico y del Mar Negro a los puertos de Vladivostok.
Para el 29 de febrero, Moscú vuelve a estar bajo amenaza.
Stalin recibe una llamada. Es Zhukov, le llama desde las Bahamas, le cuenta que visto lo visto no se sentía seguro ni en Vladivostok, así que se ha ido al otro lado del charco. Le recomienda escribirle una carta amable a Hitler para ver si se le pasa el mosqueo. Stalin se da cuenta de que es buena idea.

“Querido Adolf:
¿Qué tal por el Nido del Águila? ¿Te lo estás pasando bien? Yo aquí ando, en mi pobre dacha de Moscú, que es cutre que no veas, como todo lo de este país, porque aquí no hay oro ni riquezas, ni siquiera queso, como en Francia. Aquí lo único que hay son árboles y un frío del copón. Oye, si estás enfadado por algo, podemos hacer las paces, que los tíos con bigote deberíamos ser amigos.
Un afectuoso saludo. Josef”
La respuesta la recibe varios días después:
“Jodido comunista:
Métete tus jodidos halagos por donde te quepan. Hasta que no te vayas detrás de los Urales seguiré jodiéndote. Y tendrás que darle un trozo a los japos, que los tengo muy pesaos dándome la brasa con que te tienen gato.
Que te den. Hitler”
Stalin recibe la respuesta, e iracundo, manda una respuesta:
“Gran Hijo de Puta capitalista, sionista, fascista:
Que sepas que estaba haciendo el curso de aprender alemán con mil palabras por ti, pero con esa jodida carta le van a dar por el culo al curso, a la amistad que teníamos, a Manstein y a la madre que os parió a todos. Te daré lo que me pides cuando los chinos dejen de comer arroz. Mientras tanto habrá guerra”.
Evidentemente, la paz no es posible.
5 divisiones, 4 de infantería y 1 blindada, defienden Moscú. El día 1 de febrero se lanza una ofensiva contra Noginsk para desalojar a las 3 divisiones alemanas que acaban de llegar.

“- Al turrónnnnnnnnnnnnnnn” (Grito de guerra de la 164ª División de infantería”
Pero la ofensiva fracasa.
9 días después se hace balance de la situación global.
Los fascistas italianos están retomando Etiopía, y los fascistas alemanes han penetrado profundamente por el sur, tanto que están a punto de llegar al Volga. Por el norte la situación no mejora. Ya son 2 provincias limítrofes con Moscú las que están en manos alemanas.
Para el 28 de marzo, 12 nuevas divisiones son reclutadas. Son desplegadas directamente para la defensa de Moscú. Con estas, son 21 las divisiones defensoras de la capital, más 6 que van en camino tras haber sido derrotadas en una provincia adyacente.
Cada día desaparece más gente de las oficinas de la STAVKA, todo el mundo sabe que huyen de la ciudad.
El 1 de abril, los alemanes continúan su avance sobre la ciudad, la provincia de Rybinsk cae, mientras avanzan sobre Rzhev. Quieren cercar Moscú. ¡Pero se lo impediremos! Como en Madrid, camaradas, ¡No Pasarán!
Para el 13 de Abril la ofensiva ha terminado, recuperándose Rybinsk. Además, 6 divisiones recién reclutadas se despliegan en Kalinin. ¡Moscú está salvada! Clama el camarada Stalin en un mensaje radiofónico. ¡La bestia fascista será rechazada!
Pero la realidad es Otra, Chuikov sabe que 27 veteranas divisiones alemanas rodean la ciudad. Las defensoras son 33, de las cuales 5 tienen experiencia.
Los días siguen pasando. Se hace recuento de las divisiones que sobreviven en el Cáucaso, son sólo 5. Los alemanes podrán cruzar toda Rusia sin oposición…
Mientras tanto el acoso a Moscú continúa. Para el 10 de mayo se hace patente que intentan un cerco sobre ella. Hay que impedirlo.
Pero las divisiones panzer son más rápidas que nuestras lentas divisiones de infantería, y consiguen cerrar el Cerco de Moscú el 13 de mayo. Y a
nada más cercarlo, atacan.
Son 35 las divisiones cercadas. Y 43 las que cubren todo el cerco. La Batalla por Moscú, la Batalla Final, El Apocalipsis, el Acabóse, ha comenzado.
Todos los diarios internacionales dan a Moscú por acaba, pero la furia del Ejército Roja es inigualable. Las 29 divisiones moscovitas atacan apoyadas por las 8 de fuera del cerco, y consiguen abrir un pasillo.
El camarada Stalin es consciente de que, a pesar de que sea una gran victoria, es una victoria efímera. Moscú no puede seguir resistiendo. Hay dos opciones. Retirarse y dejar la capital a merced de los atacantes. O resistir hasta la muerte. Consulta a Chuikov, y éste la aconseja defender Moscú tratando de mantener un pasillo abierto para mantener los suministros. La retirada no sirve de anda. Las 35 divisiones nunca podrán cubrir las enormes brechas abiertas a lo largo de todo el frente. En un momento de lucidez, el camarada Stalin recuerda una frase épica: “Vencer o morir es el destino del valiente”
6 nuevas y heroicas divisiones recién reclutadas son destinadas a la defensa de Moscú un día después.
En cuestión de 5 días, Rybinsk cambia de manos más de 15 veces. Sólo cuando las tropas de Yaroslavl, fundamentales en los combates, se baten en retirada lejos de Moscú, Rybinsk cae en manos germanas. “Alea jacta est”
El 4 de junio, Stalin manda un telegrama a Berlín proponiéndole la paz. La respuesta no tarda en llegar: “Que no, cansino”.
Stalin se retira al cuartel subterráneo instalado en el metro de Moscú. Allí tan sólo queda algún oficial, los que faltan están en las afueras defendiendo la ciudad, o huyeron hace semanas. Le pide la pistola a uno de ellos. Comprueba que esté cargada y le dice con la voz quebrada:
- Camarada, hasta aquí el pescao vendido
Se lleva la pistola a la cabeza y se da un tiro.
Las 40 divisiones intentan una salida contra Rybinsk, para romper el cerco. Resulta imposible.
El 21 de junio se lanza un nuevo ataque. Falla de nuevo. Las divisiones, destrozadas, son atacadas por 16 divisiones germanas, que las destrozan y aniquilan. El 28 de Junio de 1941, 2 días antes de cumplirse 1 año de guerra Moscú es tomada. La guerra se ha perdido. Ésta es la historia de lo que pudo ser y no fue.